Disposiciones Y Designios (14-01-2024)

  Un soldado anónimo escribió lo siguiente hace casi un siglo:

  _ Pedí a Dios que me hiciera fuerte para sobresalir… me hizo débil para que aprendiera a obedecer humildemente

  _ Pedí ayuda para hacer obras más grandes… se me dieron dolencias para hacer obras mejores

  _ Pedí riquezas para obtener la felicidad… se me dio pobreza para que fuera prudente

  _ Pedí de todo para poder gozar de la vida… se me concedió la vida para que gozara de todo

  _ No recibí nada de lo que pedí… pero sí todo lo que podía esperar

  _ A despecho de mí mismo, fueron oídas todas mis oraciones. Soy entre todo el hombre más bienaventurado

  Un designio se define como pensamiento o propósito del entendimiento, aceptado por la voluntad; por otra parte, el propósito es el ánimo o intención de hacer algo

  Seguramente muchos de Uds. se han propuesto algunos objetivos para este año que se inicia y cuando se llegue al final de año es probable que la gran mayoría termine aceptando los designios que no siempre se logran entender del todo y tal vez para los cuales no se estaba preparado. Miremos las escrituras

  *Del hombre son las disposiciones del corazón; Mas de Jehová es la respuesta de la lengua

  Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; Pero Jehová pesa los espíritus

  Encomienda a Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados / Prov 16:1-3

  Un año ya se fue y junto con él se fueron los viejos recuerdos de proyectos, planes y metas que no alcanzaron a concretarse por imprevistos o incidentes. Pero ahora que nos encontramos en los primeros atisbos de este año reseteamos un nuevo formato o recalculamos en el navegador la nueva ruta que se emprende para este año bisiesto iniciando así nuevos planteamientos y objetivos o quizá sea el intento nuevamente de reiniciar lo que quedó inconcluso, tal vez, iniciar o retomar estudios, algún emprendimiento o cuidar mejor la salud a través de alguna dieta alimenticia más sana

  Atrás quedaron los momentos de tristeza y alegría, de recogimiento y celebración, días de dificultades, pero agradecidos porque por sobre todo la gracia de Dios ha sido suficiente para sostenernos. Aunque los propósitos para este año se precien de buenos y loables no existe la garantía de que se consigan porque normalmente nos engañamos con las disposiciones de nuestro corazón como lo dice la palabra profética y que a la vez pregunta ¿quién lo conocerá? / Jer 17:9

  Como si fuera un rito, cada inicio de año surgen nuevas propuestas y pensamientos los cuales evidencian la tozudez y debilidad humana como si fuera un axioma inquebrantable en persistir con aquellas cosas que no han podido cambiar por tener una naturaleza caída. En cuanto a varias de las propuestas que se suelen realizar en lo que respecta a nuestra relación con Dios las escrituras nos dicen:

  *Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal

  No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras

  Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio

  Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes

  Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas

  No dejes que tu boca te haga pecar, no digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos? / Ecl 5:1-6

  En el transcurso del siglo XVIII se vivieron algunos embates sanitarios y de salud a causa de la gripe que estaba diezmando a la población del viejo mundo, los esfuerzos humanos se concentraban en poder encontrar la vacuna contra la enfermedad que se esparcía sin control. En medio de este escenario de muerte un joven de 19 años para aquel entonces, de nombre Jonathan Edwards se propuso cumplir con algunas resoluciones diciendo: “Estoy apercibido de la realidad que soy incapaz de hacer cualquier cosa sin la ayuda de Dios, y humildemente le pido que a través de su gracia me capacite fielmente a cumplir estas resoluciones, mientras que ellas estén dentro de su voluntad”, a continuación, transcribo algunas de esas resoluciones:

  _ Resuelvo hacer cualquier cosa que crea que contribuye a la gloria de Dios

  _ Resuelvo hacer lo que considere mi deber por el bien y el progreso de la humanidad a pesar de las dificultades con las que me encuentre por muchas o grandes que sean

  _ Resuelvo no perder ningún minuto de mi tiempo sino aprovecharlo de la mejor manera que sea posible; aunque vivimos en la cultura del pasatiempo (esta resolución nos desafía a todos)

  _ Resuelvo vivir con todas mis fuerzas mientras viva; después de todo la vida es corta y muchas veces sin sentido lejos de Dios

  _ Resuelvo jamás hacer algo por venganza

  _ Resuelvo que cuando sea que haga algún acto impío seguiré su rastro hacia atrás hasta llegar a la causa original y entonces dedicarme cuidadosamente a no hacerlo más, luchar y orar con todas mis fuerzas contra su origen; (en este punto el hombre de Dios no solo propone cambiar alguna conducta, sino descubrir su raíz más profunda)

  _ Resuelvo estudiar las escrituras de forma continua, constante y frecuente de manera que me encuentre a mí mismo creciendo en el conocimiento de las mismas

  _ Resuelvo inquirir cada noche al ir a la cama en qué cosas he sido negligente, qué pecado he cometido y cuando me he negado a mí mismo

  _ Resuelvo no sólo abstenerme de todo aire de disgusto o descontento en mis conversaciones sino a manifestar un aire de amor, gozo y benignidad

  Estas son sólo alguna de las setenta resoluciones de Jonathan Edwards, un hombre usado por Dios como instrumento para traer un avivamiento o despertar a la iglesia en cuya vida se ve la importancia, responsabilidad y esfuerzo en él de cumplir con estas propuestas

  *… más el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará / Dan 11:32

  Cierta metáfora ilustra los deseos y anhelos de tres árboles que describen la siguiente situación: el primer árbol expresó su deseo de que su madera pudiera servir para la fabricación de un cofre en la cual se guardará el más preciado de los tesoros. El segundo árbol dijo: yo deseo que algún día hagan de mí una gran embarcación donde se transporte a los reyes, dignatarios y a las personas más importantes de la tierra. Por último, el tercer árbol se manifestó diciendo que quería convertirse en el árbol más grande del bosque de manera que todo aquel que lo viera pensara en la grandeza de Dios y que tan cerca estaba del cielo

  Pasaron los años hasta que un día llegó un leñador al bosque y mirando al primer árbol dijo: cortaré este árbol y venderé su madera al artesano del pueblo, mirando al segundo árbol dijo: de este sacaré un trozo y lo venderé al carpintero del pueblo, finalmente mirando al tercer árbol pensó no creo poder sacar nada especial de él, pero lo cortaré en dos y veré que hago. Con el tiempo el madero que fue entregado al artesano del pueblo lo habían convertido en un establo donde comían los animales en un pequeño villorrio llamado Belén, el segundo madero entregado al carpintero fue convertido en un pequeño bote ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en las aguas del mar de Galilea y el tercer trozo de madera fue convertido en dos largas piezas que fueron puestas en una bodega hasta que un día esas dos piezas fueron unidas en forma de cruz para ser cargada por un hombre al que escupían y maltrataban durante su trayectoria en medio de una multitud de gente, y al llegar a la cima de un monte que se empinaba a las afueras de Jerusalén, fue clavado sobre él. Y entonces el árbol comprendió que su deseo de ser el más cercano al cielo se había concretado al haber sido partícipe de la salvación de los hombres y tener sobre él al Hijo de Dios, al Redentor del mundo, ¿cuáles sus anhelos, deseos, proyectos o objetivos para este nuevo año?

  El año seiscientos uno de Noé, en el primer mes de ese año, el día uno de aquel mes no solo comenzaba una nueva etapa o ciclo sino una nueva era, una nueva vida en el nuevo mundo en el que ahora viviría la familia de Noé; porque después de que lloviera ininterrumpidamente durante cuarenta días el agua que había anegado la tierra ya no estaba y su faz se había secado. Habitualmente cada fin de año se realiza el recuento de las cosas sucedidas en el año, pero aquel año seiscientos había cerrado con un juicio manifestado en un diluvio, tras ese episodio real y cierto el ciclo humano volvía a empezar, era un nuevo comienzo para aquel año nuevo, el seiscientos uno

  Un nuevo año comenzaba y junto con él una vida nueva, realmente fue así porque se le daba una nueva oportunidad a la humanidad para empezar de nuevo. Mientras se abrieron las cataratas de los cielos y caía el diluvio sin cesar Noé se encontraba seguro y confiado en el arca, luego Noé se asoma por la ventana para ver las promesas de Dios cumplidas, ve que el mundo antiguo ya no está, las personas habían muerto a causa del juicio que cayó sobre aquella humanidad

  *Y sucedió en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí la faz de la tierra estaba seca / Gen 8:13

  La protectora mano de Dios había guardado a Noé en medio de las aguas que lo rodeaban por todas partes, la mano de Dios guio el arca, aunque no tenía timón ni instrumentos de navegación, la mano de Dios extendida fue la que lo hizo estar confiado. He aquí no se ha acortado la mano de Dios para salvar / Is 59:1

  Lo cierto es que la mano de Dios siempre está extendida y eso nos dice que Dios está obrando según su propósito y designio porque no fue el material con el cual fue hecha el arca la que la mantuvo a flote o ni mucho menos la habilidad de Noé para construirla que la hizo resistente, sino la mano de Dios. No fueron nuestras competencias o capacidades la que nos libraron de peligros y dificultades en este año que se va, ni será nuestra sabiduría o inteligencia la que nos ayudará en el año que viene sino la mano de Dios

  No sabemos lo que traerá este año nuevo, que cosas extrañas pueden ocurrir en este mundo que va cambiando constantemente, nuevas leyes que el gobierno implementará o que se tramiten en el congreso, ¿será un año de sorpresas, algunas innovaciones? ¿qué sucederá en el mundo donde los poderosos hacen lo que quieren y los pequeños sufren el rigor de un sistema tan grande contra el cual no se puede hacer nada por sentirnos tan limitados y pequeños? ¿qué podemos hacer? Lo que hizo Noé en el arca, Daniel en el foso de los leones, los tres jóvenes hebreos en el horno de fuego, Pablo en aquella frágil embarcación que estuvo a punto de zozobrar y tantos otros más, estar quietos y confiar. Solemos estar inquietos y preocupados por los problemas del mundo y lo que sucede a nuestro alrededor y quitamos la mirada de lo que Dios está haciendo

  El año comenzó el uno de enero con un terremoto en la península de Noto, prefectura de Ishikawa, Japón. La magnitud sísmica se registró en 7.6 Mw, generando un tsunami a lo largo del mar de Japón, sus efectos fueron de gran impacto en la infraestructura costera y provocó la muerte de un centenar de personas. Las repercusiones si bien no fueron estructurales o fatales en las costas del Pacífico, sí produjeron altas mareas y grandes olas que nos invitan a confiar en Dios, nuestro amparo y fortaleza

  *Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra / Sal 46:10

  Habremos de decir una vez más que, aunque vivimos en una época en la que los valores como personas, como ciudadanos y como familia se han olvidado; como hijo, hermano o padre todos podemos recuperar esa memoria perdida a fin de dar motivación a las nuevas generaciones.